Urbanización del Passeig Marítim

La urbanización del nuevo tramo del paseo marítimo entre la calle del Mar y el muelle Nova Marina ha creado un nuevo espacio de relación entre la playa y la fachada marítima del antiguo barrio industrial de la ciudad.

Imatge del projecte
Adrià Goula
Ficha técnica
  • Fecha del proyecto:
    Marzo 2007
    Data inicio de la obra:
    --
    Data fin de la obra:
    --
    Fecha de ejecución:
    Junio 2012
    Municipio:
    Badalona
    Superficie:
    62.000 m2
    Coste:
    9.483.156,28 €
  • Autores:
    Olga Tarrasó, Julià Espinàs (Espinàs i Tarrasó SCP)
    Dirección de proyecto:
    Olga Tarrasó (Espinàs i Tarrasó SCP), Manuel Sanz, Jaume Sastre (Greccat)
    Dirección de obra:
    Ana Maria Castañeda (Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente)
    Colaboradores:
    Itziar Carrera, Iván Martínez, Llorenç Mestre, Tànit Pons, Cristina Puga, Maria Pauner, Quim Mulà, Jordi Palá, Claire Paluel, Ana Vidal (Espinàs i Tarrasó SCP), Josep Antoni Megías, Javier Navarro, Mariano de Gracia, Catalina Montserrat (AMB)
    Contratista:
    Cyes
Premios y reconocimientos

Finalista de los Premios FAD 2013 en la categoría Ciutat i Paisatge.

Módulo

Descripción

El Paseo Marítimo de Badalona, en el tramo entre la calle del Mar y la Nova Marina, completa la transformación urbanística de la zona industrial que configuraba el litoral sur de la fachada marítima de la ciudad.

El ámbito incluye en longitud los 1.200 metros que separan el extremo sur de la rambla de Mar –centro de Badalona– y el muelle de protección del puerto de la Marina. El ancho, variable según la morfología urbana, oscila entre los 5,2 y los 67 metros del ensanchamiento enfrente de la estación, un gran espacio público de transición entre el eje de peatones de la Rambla y el nuevo paseo marítimo. El sur del paseo se transforma en una gran plaza de acceso al primer y al segundo nivel de las futuras instalaciones portuarias, en las cotas 4,87 y 8,60 m respectivamente. La superficie total es de 6,20 hectáreas.

El proyecto contempla la unión de los dos polos de atracción con un lenguaje que sigue con los criterios que rigieron la resolución de los espacios públicos en la nueva urbanización del frente marítimo de la ciudad. Las complejas características del terreno, que impedían la consolidación del paseo dentro de la zona de delimitación marítimo-terrestre, han sido solucionadas en dos paseos en paralelo sobre un eje longitudinal continuo, uno de hormigón in situ y uno de madera. Transversalmente, estas dos zonas de material van de la mano con la transición entre el terreno firme y la arena. La piedra artificial, utilizada para peldaños, gradas y límites, relaciona con calidad y color los materiales de la nueva urbanización y la arena de la playa.

Los problemas topográficos debidos a la necesidad de cruzar el paso de la línea de ferrocarril de la costa y la irrupción en el paisaje de los muros de protección de la nueva marina, se han resuelto mediante un minucioso estudio altimétrico que otorga carácter al lugar.

Así pues, en la avenida de Martí i Pujol se ha abierto un paso por debajo del tren que crea una perspectiva frontal en el acceso a la playa y que se soluciona con una suave rampa escalera limitada por un pendiente continuo que termina sobre el paseo. El diseño del acceso a la estructura preexistente del Pont del Petroli se ha tratado con un lenguaje de continuidad con el paseo, teniendo en cuenta la ubicación respecto a la plaza de la nueva urbanización conformada por los iconos urbanos del Anís del Mono y La Llauna.

Igualmente, en el extremo sur de todo el recorrido, en la salida del interceptor de Maria Auxiliadora, el brusco corte de los muros de protección de la Marina se ha superado mediante una plaza inclinada con una gran superficie de gradas que da continuidad al color de la arena y se convierte en un punto elevado desde donde se puede observar en conjunto del frente marítimo.

En cuanto a la vegetación, se proponen especies resistentes a la salinidad: palmeras como la butia, el sabal, Arecastrum y washingtonias, y tarayes como el Tamarix gallica y T. pentandra, distribuidos aleatoriamente según módulos y formando grupos dentro y fuera de la zona de madera y arena. Ambas especies de tarayes, con diferentes periodos de floración, se han plantado en agrupaciones boscosas para proporcionar grandes espacios de sombra.

Dónde